Recordar nunca es fácil, pero cuando hablo con él, con esa persona, pues me doy cuenta de que es mucho más fácil de lo que pensé. En general todo es más fácil. Es más fácil sonreir y llorar, todo a la vez.
No mantengo una conversación normal con él, digamos que de cada frase, con o sin sentido, se aprende algo nuevo, algo que quieras o no, te hace sacar una sonrisa y decir 'joder'.
Siempre me dice cosas como, puedes llorar lo que quieras, pero siempre que llores, por cada lágrima aprende algo nuevo, no está permitido llorar sin aprender. Porque dice que llorar te hace más fuerte. Y respecto a eso, tengo que decir que entonces él, ha debido llorar más que ninguno de nosotros, porque es fuerte, muy fuerte.
Y a veces pienso, que se merece todo lo mejor, porque la vida le ha dado muchas patadas, si, de estas de las que estás apunto de alcanzar la cima y ¡zas! te la dan y te caes, a volver a empezar. Pues de esas, se ha llevado muchas, y es por eso sinceramente, es por lo que creo que vale tanto, esa es una de las razones.
Por muchas veces que me diga: 'Gracias' yo sé que no tiene ni la mitad de motivos para darmelas que las que tengo yo. Me hace llorar, sí, y reir también, cuando hablo con él, me crezco, soy otra persona, y eso me encanta. Es eterno, en definitiva, un gran amigo.
Y aún tengo su imagen viva en mi cabeza, su '¡Hola! Soy Fetu, encantado' dos besos y un abrazo. Yo ya sabía quién era, me habían hablado maravillas de él, y ahora entiendo cada una de ellas. Sus palabras, todo en general, y si estoy día tras día haciendo esto, es por él.
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