29ºC el sol ciega los ojos y nos vigila a todos. Salimos de casa con una sonrisa. Esa sensación de ser una extranjera en tu propio país, me gusta. Viajar a donde te propones, andando por las calles, mirando al cielo, soñando despierta.
Y si lo piensas bien, no es un lugar tan malo. Esta bien dejar de ser tú por un rato y ser quién quieres. cerrar los ojos y sentir el cálido aire de primavera contra mi cara me hace pensar que todo es más facil si te lo propones.
-Me duelen los pies.
-Pues vente descalza.
-No, me gusta.
Por un momento he soñado que Madrid entero era mio. Un momento bonito.
Mirar hacia arriba y ver ese cielo grande y perfecto sin una nube que observar.
Pasear entre las flores, tener que ponerte las gafas de sol, porque apenas puedes ver. No puedes ver las personas, los edificios, los árboles, los coches..
-¡COCHE AMARILLO!
Jugar a los juegos más tontos...
-Veo, veo. ¿Qué ves?
Ir viendo los escaparates y soñar con llevar puesto el vestido más caro de toda la calle.
Inventar la historia de cada una de las personas que pasan por tu lado, mirar sus peinados, sus caras, su ropa, su acompañante, si escucha música... Si sonríe.
Andar, andar, andar, andar, andar, no es tan aburrido. Es una forma de ver las cosas, de vivir más relajada, de vivir. Hm, como me duelen los pies.
Bienvenido al lugar que nunca existió-
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