Crees conocer las sensaciones que recorren tu cuerpo, solo sientes dolor, pánico, ira y un sentimiento extraño, parecido al amor, no sé que es eso. Te refugias, huyes del color, de la positividad del día y te escondes en la noche, como si ella te entendiese mejor que nadie.
Detestas ver como todo se ha ido desvaneciendo, te has quedado con tan solo una carta en la mano, una jugada, una apuesta. No quieres jugar.
Y así es como poco a poco, tu vida se evapora y deja de tener sentido, yo misma estoy quitándotela
Jugar a ser dios es mucho más que divertido
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