Las luces decoran sus hogares, y en todas sus caras hay una sonrisa. Asi que, si me equivoco en estos momentos, corrígeme.
Y ahora que los niños duermen, veo que debajo de sus camas no hay nada, no hay monstruos, ni está el coco, tampoco el hombre del saco, no hay nada ni nadie que les asuste y les haga gritar. Aquí algo falla, no están los monstruos, están todos perdidos. No consigo encontrar las pesadillas por ningún lado, y en el único sitio que penseba que las podría encontrar, solo había felicidad.
En vez de gritos, te juro que puedo escuchar canciones. ¿Lo hueles? Ese olor de pasteles y tartas está en todos lados, sale de todas las casas.
Puf, las vistas, todos los sonidos, todo... están por todos lados, y yo... yo jamás me había sentido así de bien. Es que, este sitio vacío, está llenandome por dentro, como que tira de mi hacia arriba, pero tampoco quiero abusar.
N.B.C
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